Avenue Q

Desde su estreno hace un año, Avenue Q se ha convertido en un espectáculo de culto que ha seducido a la audiencia y ha cosechado rotundas ovaciones. La legión de seguidores que vuelven a verlo una y otra vez da fe de su carácter irresistiblemente adictivo.

El espectáculo se desarrolla en un bloque de edificios de Nueva York en el que habita un grupo variopinto de personajes entrañables: la estrafalaria Christmas Eve y su infeliz maridito Brian con los muñecos: Nicky el descuidado, Rod, que aún no ha salido del armario, Princeton, que ha perdido el alma, Kate, que no tiene quien la quiera, el monstruo Trekkie, amante del porno, y Lucy la golfa, una lolita de lo más apetecible.

Todos ellos juran como legionarios, se lían en un coito surrealista para marionetas e incluso enseñan lecciones, valiosas o absurdas, sobre la vida. En resumen, no es el tipo de muñeco que viviría en Barrio Sésamo; Dios mío: no encajarían ni con los Teleñecos.

Decir que se trata de un espectáculo de marionetas no hace honor a la verdad, pero considerarlo unos Teleñecos no aptos para menores, tampoco da en el clavo. En definitiva, Avenue Q no se presta a etiquetas fáciles, aunque sin duda es la función más peluda y una de los más divertidas que verá en toda su vida.

El contenido de Avenue Q no está recomendado para menores de 12 años. No se admite a niños menores de 5 años.

No obstante, se puede afirmar con total seguridad que Avenue Q es la representación perfecta para un público adulto y con sentido del humor.